martes, 30 de agosto de 2011

y .... Naxos (capital)
















Y ayer llegué a Naxos, una isla enorme comparado con Iraklia y koufonissia; pero hay que irse ambientando ya a las urbes.




Fue alucinante la travesía ya que el ferry tuvo que ir caso todo el rato contra el viento con ola de través y aquello zozobraba vertiginosamente. Lo que la guía predice en unos de sus apartados (dice que los barcos de Skopelitis al ser pequeños sufren en las travesias y te calas !!) ocurrió. La imagen del mar enbravecido y los turistas en la bodega calaos (cual emigrantes en una patera) es de las que hacen reir. Yo me lo pasé genial mojándome en un lado de sotavento viendo venir las olas y cabecear la proa. La entrada en el puerto y la maniobra de amarre, con ese viento y ese mar, es de campeones; realmente como se nota que aquí son marinos.



Pues bien, Naxos tiene una zona de callejones (parte vieja) blancos donde estan todos los restaurntes y tienditas y claro aquí busqué alojamiento (estoy en Despinas's room que está muy bien). Sobre la parte del callejón hay otra parte llamada Kastro que resulta ser la parte amurallada fruto del paso por la isla de los veneciados (un tal Marco Sanudo) y tiene un castillo, casas con jardín, iglesias y unas callejuelas preciosas.



Y desde el balcón de la habitación veo la puerta de Apolo, un resto de un templo griego que hay sobre un peñón que da al mar. La vista es preciosa y a sus pies, pero dentro del puerto, hay una playa resguardada donde te puedes dar un baño en agua azul viendo la puerta; alucinante !!



Y para acabar la puesta de sol en la muralla de Kastro y un concierto de guitarra y piano .... Qué mas se puede pedir ??pues nada más, soy consciente.




un beso, os quiero. Zanzara.










domingo, 28 de agosto de 2011

fotos de un paraiso; Iraklia









El agua, la gente (Maria la Sra de la pensión; Marta la Sra del resAñadir imagentaurante que me proporcionó el alojamiento, el Sr. del bar del puerto ...) las puestas de sol desde la pensión, los olores del campo, la luz, el mar, el puerto ... hacen de Iraklia un refugio, un paraiso.


Mañana parto a Naxos.


Unas fotos y un beso, Os quiero, Zanzara.

"el viejo, el joven y el mar" (cuentito inspirado)

(En un vano intento de emular al gran escritor de "Fiesta" he escrito esto. Hoy he asistido a esta escena mientras me daba un baño en el puerto y no lo he podido evitar, perdón de forma anticipada)







"Llegaron al muelle del pequeño puerto de Iraklia al golpe del mediodía. El hombre mayor cargado con dos bolsas de plástico y un cubo y el chico joven con la botavara y lo que parecía ser una vela triangular doblada alrededor de ella. Estiraron la amarra de proa y el pequeño bote se acercó lentamente al muelle de cemento. Algunas gaviotas picaban en la arena de la playa el resto de comida que los turistas de la mañana pudieran haber dejado.



Primero subió el viejo y hasta que no hubo dejado el cubo y las bolsas de forma que el peso que éstas contenían fuera equitativo en ambos lados de la embarcación no permitió que el joven subiera; “un barco debe ser estable para que no zozobre, no lo olvides hijo”.



Entre los dos, uno en la proa y el otro en el centro de la embarcación, instalaron la botavara con mucho cuidado de no forzar el pie de mástil y de cazar los cabos que unen ambas partes; de manera que quedara tensado pero flexible para que las piezas pudieran moverse al vaivén de las olas y se dejara espacio a la presión del viento sobre la vela. Debía quedar “firme pero no rígido, como tantas cosas en la vida” le dijo el viejo. El joven asintió en un gesto de conocimiento previo de todo lo dicho y de forma airada saltó del bote al muelle. El bote se movió de manera que el viejo perdió un momento el equilibrio y tuvo que cogerse al riel de la barandilla de hierro para no caer al agua mientras un grito reprendía al joven. Éste se giró desde el muelle, extendió las brazos en un vano esfuerzo de coger al viejo. Un “hijo!!!!” precedió a otro “perdona, ya se que no debo desembarcar bruscamente, el bote está aún sin orza y podríamos volcar, perdona.” Silencio.

El joven desapareció hacia un pequeño almacén en el extremo del muelle mientras el viejo aparejaba la vela. De manera ceremoniosa, aplanó el puño del mástil y la parte superior del grátil antes de introducirlo en el riel vertical del mástil. Desanudó la driza de la mordaza y tras asegurarse de la libertad de la misma introdujo el extremo por el ojal, lo anudó con un as de guía y tras asegurarse la dureza del nudo realizado tiró de la driza para subir la vela un par de palmos de manera que no portara viento y nuevamente la anudó a la cornamuza posterior. De igual forma deshizo la escota y, tras una vuelta de polea, abrió el mosquetón que la unía con la cubierta del barco. La vela estaba lista para ser hizada al enfilar la ensenada.

El joven apareció con la orza y una pequeña red para pescar y quiso subirlas por proa. “no, aún no; ven a ver esto”. El joven dejo los aparejos en el muelle, se acercó y observó la vela y la driza. “Ves este nudo!. este nudo sirve para unir dos formas diferentes, un ojal y una driza-un cabo; algo aparentemente diferente puede unirse en el mar, como muchas otras cosas, míralo y aprende a hacerlo.” El joven tensó la driza y observó la rigidez del nudo pero recordó la sencillez al deshacerlo si se conoce que se debe doblar la vuelta superior; en caso contrario es difícil y, a veces, casi debe ser cortado. En ese caso se calló y observó los lentos movimientos del viejo; esperaba sus instrucciones.



“Veámos el timón” y ambos observaron en silencio las partes: la pala, el engranaje sobre el que se ladeaba y la barra. Todo en su sitio, todo bien. “Ahora, calemos la orza y sube la red, métela en el tambucho de popa, ésto debe estar ordenado para navegar."



Una vez todo estuvo situado en su lugar, el viejo se situó en popa, el joven en proa y dijo “vayamos a la mar hijo. Ya sabes, suelta la proa y lentamente movamos el bote del muelle pero debes estar preparado para subir la vela, con este viento saldremos con un suave rumbo de través. Ves !! mira siempre de donde viene el viento, fíjate en los catavientos !!

Y, en silencio, todo ocurrió de forma lenta y mesurada, como en un baile donde los bailarines conocen los pasos; la amarra cayó sobre el muelle, las manos ejercían presión en las barandillas de los dos botes que los flanqueaban y en un último impulso el bote quedaba libre y a merced de la corriente hacia la playa. El viejo se sentó en el banco del tambucho de popa, su mano izquierda sobre la barra del timón y la derecha cazando suavemente la escota. Mientras tanto el joven,a la altura del mastil, soltó la driza y tiró de ella, la vela ascendía lentamente por el riel, ajustó nuevamente la driza y de forma casi mágica la vela portó y el bote apuntó a la salida de la ensenada del puerto, con el esperado rumbo de través al viento.

En unos minutos llegaron a la mar azul. "

Os quiero, un beso. Zanzara.






sábado, 27 de agosto de 2011

Iraklia, otra de la ciclades menores.









Desde las doce la mañana estoy en la segunda isla más pequeña de las cíclades menores, Iraklia.


Del tamaño de Formentera (apenas 19 km cuadrados) y 4o personas censadas en invierno y 3 niños que mantienen la escuela abierta esta isla se deja mecer por el mar y peinar por el viento, que no amaina todavía.


He llegado y, lo que viene siendo ya una costumbre, ha devenido la tradición de no hacer caso a los propietarios de los dolmatia (propietarios de hoteles y pensiones) que te vienen a recoger al ferry para ofrecer sus habitaciones para ir en buscar del bar -taberna o restaurante más cercano al puerto y allí trabar amistad con el propietario que es el que mejor te indica dónde dormir y qué hay en esa isla. Pues bien, me he enterado de que mañana hay algo parecido a una romería a una cueva que hay en el otro extremo de la isla (en plan litúrgico) y me voy a quedar a ver de qué va el tema, mañana os explico.


Por ahora entonces, un buen baño en la playa del puerto (alucinante poder tirarte desde el muelle a un agua cristalina), un paseo el pueblo y puesta de sol en el hostalito que he encontrado.


Desde un lugar en el que parece que el reloj se ha detenido literalmente, un beso y un otro "os quiero" de la Zanzara que anda por aquí, asustando a los gatos que corretéan por las calles del pueblo.





















viernes, 26 de agosto de 2011

Koufonissia y su gente y su mar y su comida y ...


































Llevo tres días aquí y estan siendo lo más alucinantes del viaje. Llegué el día de mi cumpleaños y en éstos días siento haber descansado y parado la mente como casi nunca.


El lugar es bello hasta decir basta, la gente de aquí es maravillosa, los cuatro turistas más o menos respetuosos y con el entorno me he mimetizado de tal manera que ya tengo mi rincón para el baño solitario de las nueve de la mañana, mi momento del café, la panadería donde me guardan el desayuno, el bar del puerto donde he conocido a Nikhita y toda su familia (la primera noche la pasé en sus pensión del piso superior) y mi lugar para la puesta de sol (la ensenada de Mixaha y su molino).


Estas dos noches las he pasado en casa de Sofia, la madre de Nikhita, ya que tenían la pensión reservada y me ofrecieron el altillo de casa de su madre; y allí me fui. Los desayunos y meriendas con ella estas dos días han sido geniales (hemos hablado de la vida, de su marido, del "no mío", de los hijos, de los "no mis hijos", del mar, de mi ropa, de que no le gusta el nudismo y cada vez que coincidiamos en algo me daba un golpe en la pierna en plan "abuela, aiss que nieta tengo!" que me resultaba muy familiar) ; ella me hablaba en griego y yo me empeñaba en hablarle en inglés como si pudiera enterme pero al final todo eran las manos y una sonrisa constante en nuestras caras como "lenguaje universal".


Hoy me he dado la vuelta a la isla paseando. He salido de casa de Sofia a la una de la tarde con dos baños a medida que avanzaba el rato y la puesta de sol de broche final. Los muy "guays" (Nikhita y familia) me han sorprendido viniendo a cenar conmigo al bar del puerto (vengo mucho porque tienen wifi), que propiedad de NIkhita y allí me han dado todos uno de esos abrazos que te hacen sentir en casa y llorar por dentro sintiendo que se está muy bien aquí.

Sofia ha querido despedirse de mi ahora ya que mañana quiere ir a misa y no estará, dice, cuando yo me vaya y me regalado algo maravilloso, una caracola. Me ha explicado que cuando quiera escuchar el mar de koufonisia, sólo debo acercármela al oído. Ademas de explicaba como debía envolverla con la ropa para que en la mochila no se me rompa en el viaje de vuelta. No me daban las palabras xa agradecérselo lo suficiente; realmente mientras escribo me doy cuenta de que me emocionado muchísimo !.


Koufonissia será, por ahora, el nombre de MI isla querida; os quiero.


Mañana parto a Iraklia, otra de las ciclades menores.







































jueves, 25 de agosto de 2011

Mixaha y el viejo molino.(cuento)







“Mixaha descansa en el cementerio que hay al oeste de la pequeña a población de Hora, en la isla de Ano Koufonisia (una de las pequeñas isla de las cíclades).
Se sube por un camino asfaltado desde una ensenada donde varios botes esperan fondeados y el mar lame delicadamente la arena y las rocas. En frente, separado por una lengua de mar azul, se divisa la isla de Kato Koufonisia, las dos casas que la habitan y más allá el resto de las otras islas.
No tiene pérdida ya que siguiendo el camino que parte del puerto buscando un lugar para ver la puesta de sol, al doblar la primer curva, aparece la ensenada. En la orilla contraria, un molino de paredes blancas, techo pajizo de color negro y los pequeños y triangulares toldos dispuestos estratégicamente para la función de recoger el meltemi (viento) y así empujar las aspas de madera. Y algo más arriba del sendero, el recinto religioso comprende la pequeña capilla blanca y el cementerio, todo ello rodeado por una valla de madera del mismo azul que la cúpula del edificio. Y a su espalda nuevamente el sol y el mar.

Mixaha nació en el 1927 y era el hijo del molinero. Solía esconderse en el altillo y ver cómo se movían las aspas. Sus amigos Nikhita y Tomaso eran los hijos del farero de la isla y el resto de los niños se reían de ellos al salir de la escuela por vivir lejos del pueblo pero no les importaba; así estaban más cerca del mar y de las estrellas. El padre de Mixaha podía leer en el firmamento y les enseñó todo lo que sabía; donde estaban las espérides, las osas mayor y menor, la estrella polar.

Cuando tenían 12 años llegaron a la isla noticias de que una guerra muy lejana. El padre de sus amigos se fue a Atenas, ya no volvió y, con el tiempo, Tomaso se convirtió en el nuevo farero.
A los tres les gustaba ir a recibir a los pescadores al caer la tarde; verlos llegar. Aprendieron a anudar las amarras, ayudaban a desenredar las redes, endulzaban y doblaban las velas de los botes, recogían cabos y limpiaban cornamuzas y cubiertas de madera.

A los veinte años Mixaha y Nikhita se enrolaron en uno de esos barcos de pesca. Al inicio, pasaban días consecutivos en la mar y, finalmente, les aceptaron para pasar largas temporadas. Primero, fue en un barco de patrón griego y luego en uno turco. Cuando tenían casi treinta años partieron, cruzando el Atlántico, hasta el Caribe, de allí por Tierra de fuego hasta Chile y de ahí, por el gran mar, hasta ver estrellas del firmamento desconocidas para ellos y otras personas y otros mares.

Tras su vuelta a la isla, Mixaha y Nikhita recordaban todos esos viajes sentados en la mesa del exterior de la taberna del puerto mientras veían volver a los barcos de pesca y el mar adquiría ese tono plata minutos después de la puesta de sol y que, repetitivamente, cada día caía sobre la colina de la isla del fondo, tras el viejo molino.

Vieron cómo se construía un nuevo puerto más al oeste y también cómo al inicio del sendero que parte desde la ensenada se instalaba un cementerio donde moran barcos viejos, barcos que no sirven y se apoyan peligrosamente sobre el suelo con la orza, el timón y un travesaño que evita que zozobren sobre la tierra. En el suelo más timones, hélices, mástiles y herramientas oxidadas de aquellos barcos que ya no navegan. Y cómo llegaban otros habitantes de verano, de otras islas y se bañaban en sus playas .

Por todo eso, en la tumba de Mixaha hay un barco de vela de hierro con una endidura en forma circular para un pequeño cirio encendido que alguien sustituye al consumirse y dentro de la hornacina un pequeño altar con las tres cosas más valiosas para él: una figura de barro en forma de pequeño molino de viento, un arete (en señal de haber cruzado los grandes Cabos del mundo marino) y dos pequeñas cuerdas unidas por un nudo en forma de dobleocho ya que es el que sirve para unir dos extremos sin ojal ni grillete. Y a sus pies, cuidadas macetas de geránios, jazmín, retama sin flor y romero. Y él sonríe desde la foto que enmarca la lápida y seguro que es porque desde allí puede ver el mar y las estrellas.”







(Estuve en este cementerio mi primera tarde en la isla Koufinisia, mientras buscaba un lugar para ver la puesta de sol. Había un gran silencio, mucho viento, olor a adelfas y plantas de monte. Esta tumba me llamó la atención. Me detuve y la observé, eso es todo).

Hoy os quiero como alguien de 37 años...







Cuando era pequeña y pasaba mi cumpleaños mi tío me preguntaba, al día siguiente de la fiesta infantil que me montaban, si ya no tenía el número de años que el día anterior había cumplido. Me hizo dudar durante muchos años.

Gracias a todos por los sms, mails y llamadas.

Os quiero, Zanzara.

PD. sigo en koufonosia, esta isla me tiene "atrapada" y a mi eso me encanta... luego os explico qué estoy haciendo por aquí!



miércoles, 24 de agosto de 2011

Y hoy ... ferry casi al amanecer y ya en Koufonisia.






Es una de las mas grandes y habitadas de las cicladas menores... según la guía unos 300 personas y otras tantas cabras y unos 30 km cuadrados aprox...playas de agua turquesa,pequeños botes fondeados, bicicletas para pasearla y gente arrastrando los pies... vaya un paraiso más.


Os quiero, un beso.

Zanzara


El día que vino la española ... (pensamientos en una escena

Ayer fui paseando desde Aegiali hasta uno de esos pueblos que se ven desde los puertos, Ladgka. Esta a apenas 4 km de la playa pero la subida es importante y así me fue:




(Nota antes de leer: esto es lo creo que fue el pensamiento de Ana y Maria al verme llegar y pasar un rato juntas; no tengo intención de banalizar el momento pero fue así...)




" Otra tarde más en la puerta del supermercado con mi madre y algunos turistas van pasando sin decir ni ´”jessu”. Mira estos que rubios son y parecen jóvenes y ésta fíjate que lleva unos pantalones sin entrepierna, camiseta granate sin mangas y llega toda sudando. Se sienta aquí delante y aún resopla y mira como suda; es que debe venir andando porque sino no puede ser con este melteme (viento del norte) es raro. Ah mira esta si sabe decir hola (jessu) pero mira qué calor tiene. Será mejor que bebas agua (nero), tienes ? Ah si, la saca de la bolsa, esta sí que viene preparada.

Bueno ya está algo mejor y ahora se quita el sombrero y se da aire y nos sonríe parece que “nos dice que tal estamos?”; a ver voy a preguntarle quien es: “yo soy Ana y esta es mi madre Maria” ostras me ha entendido ya que ella se señala y dice Cristina. “De donde vienes?” y vuelve a decir Cristina, no, no me entiende porque solo dice “Ne, ne,ne “ (si, si, si). Le sonrío y ella a nosotras; a ver otra vez y lo hace, carai ¡!



Espera viene la Sra Andrea, qué mayor esta ya ¡! Jessu, Jessu ¡! Que? Ah ¡! Si vale, después te pasas, gracias (efaristo), Kalispera (buenas tardes).



Ah ¡! Cristina se señala y dice que es “española”, ahh ¡ Y que raro que esté sola porque “estas casada?” y otra vez con el ne y(si) a ver voy a probar a señalarme el dedo de la mano izquierda, ahh! Me dice que no con la cabeza, no sabe decir no que es “oia”. Se le debió morir porque no es fea, a ver voy a preguntárselo pero como? Ah con el collar de mi madre donde lleva a mi padre y entenderá que esta muerto; a ver, no, dice que no. Que raros que son estos extranjeros. A ver vamos a acercarnos a ella. Pues entonces ya de niños ni le pregunto porque si no está casada. Y que mas le digo ¿!.



No, no parece muy mayor pero fíjate lleva un pendiente solo, pulseras en un pie, las uñas pintadas de rojo y que bonitas!! Y la cara, tiene los dientes, todos y no tiene pelos en la cara; no, no debe ser tan mayor como yo. Voy a preguntarle pero cómo si es que no sabe hablar.



Hola Andros, que tal estas ¿? Pues mira aquí con esta que dice que es de España. No se, dice que viene andando desde Aegiali. Sí, luego me paso a por el queso, gracias.

Ahh! Dice que quiere un café ¡ y que va para el café de tomaso, vale pues vamos con ella.! Y como se sienta, con las piernas abiertas, ah no ahora las cierra. Tomaso, nosotras queremos tomar unas limonadas frías de la de botella. Y ella se toma un café, es raro, nosotras preferimos limonadas por tarde, voy a decirle que el café es por la mañana pero no me entiende y se toma un café y entra. Madre mira el gorro de la española, es bonito verdad! Me lo voy a probar, como me ves, bien ?

Y Cristina, te vas ya a España? Dice que no que mañana a Koufinisia, ah ¡ nunca he estado allí. Nos mira y nos sonríe, parece tranquila y a gusto. Ah ¡! Llega Dimitri, mira para sentarse con nosotras y ella le deja su silla para ir dentro a por otra. Es Cristina y es española, sabes no esta casada, igual para tu hijo ¿?

Ah ¡ que te vas a Aegili ? pues nada, te acompaño al camino y te digo por donde tienes que ir. ¡Jessu Cristina, que te vaya muy bien en Koufinisia. ¡ Si, madre voy ¡!! "





(Y sí yo era la del café y sí acabé pagando yo también las bebidas. Interesante la conversación a base de palabras sueltas y gestos, muchos gestos pero quisimos entendernos)




Os quiero, un beso. Precisamente hoy más Zanzara que nunca.

martes, 23 de agosto de 2011

El meltemi... (cuentito)




Estaba en el restaurante Ellis de Santorini cuando ví a aquellas cuatro amigas que esperaban mesa. Del rato que estuvieron esperando pude escuchar sus nombres y al sentarse muy cerca algo más de sus historias. Estaba Franca, de estatura pequeña, pelo rizado y suelto a la altura de cuello, cara seca y expresión algo dura; también Loreto más alta y complexión hecha, morena de pelo largo y recogido en la parte alta de la cabeza, pendientes extremadamente grandes y ropa suelta, Maria delgada y alta, pelo largo y con mechas rubias y ropa muy informal y Angelica pelo corto, cazadora negra y un vestido blanco hasta las rodillas. Parecían cuatro amigas con destino y momento común, pero de vacaciones.

María tenía frío debido al intenso viento que soplaba en Santorini aquella noche; toda aquella semana iba a ser de un intenso meltemi (el viento racheado y fresco del norte, en las islas) lo que les sorprendía en pleno mes de agosto y en el mediterráneo. El camarero del piso inferior les había ofrecido el comedor de la parte inferior pero Franca y Angelica querían ver las maravillosas nocturnas que aquella isla les podía ofrecer en su primera noche. Y los empleados de la parte superior les habían dicho que en “cinque minuti” tendrían mesa pero ahí estaban, en un rincón de sillas bajo un soldo que incesantemente flameaba y esperando. “bueno, quizás podríamos cambiar de opinión y ver la vista por la ventana de abajo” dijo Loreto pero no, un “aspertiamo un attimo” sonó rápidamente. Una sonrisa del camero y les pasaron a la mesa.

Por fin, “aquí estamos¡” y un “bueno, frío sigue haciendo igual” pero “fíjaros en las vistas y en lo negro del mar”, “sí, es precioso pero pidamos la cena ¡”. “Pidamos una ensalada griega para compartir, un tatziki, una fava y unas dolmatia, si ?” El resto asintieron a Franca, que insistía en que tenía mucha hambre y que al comer se les pasaría el frío. La cara de María se endureció en un gesto de “tu siempre tienes que saberlo todo, no ¡” pero dijo que sí. El meltemi seguía aireándolas mientras el mar intentaba mecerlas en un vano intento de apaciguar al viento. “Y vino ? tomaremos no ?”, sí, una botellita y “así entraremos en calor más rápidamente” mientras todas ellas se ajustaban los foulares al cuello.

Llegó la cena y como ocurre en estos casos todo estaba buenísimo y todas se abandonaron a los nuevos sabores de la comida y a las novedades de una cocida que no por próxima era conocida sino porque la evidente realidad de que en un entorno nuevo y en una noche de luna menguante “todo estaba delicioso”. Y, como no, en la sobremesa empezaron las confidencias. Loreto decía que estuvo dudando en venir con ellas a las islas pero que la verdad es que ahora tenía la sensación de que sería un viaje interesante y divertido. “claro ¡! Y eso se merece un brindis ¡!”

Maravillosa noche y cena y , a pesar de que el meltemi no daba tregua alguna, parecía suavizar el ambiente de manera que Angelica le preguntó abiertamente a Franca qué había pasado con Fabrizio “ya que como estábamos entre amigas, nos lo puedes explicar. no?” Franca tragó saliva y dejó los ojos en blanco en un vano intento de no querer contestar y María le complació con un “si no nos lo quieres decir… pero "posiblemente te vaya bien contarlo”. Un “no si, la verdad es que tampoco hay para tanto, simplemente no estábamos bien y decidimos dejarlo”. Hubo un silencio, nadie hablaba. “un ozyo” dijo el camarero, “les gustará seguramente”. Una racha del meltemi tiró una silla de las mesas no protegidas por el toldo, el camarero se apresuró a levantarla y dejarla en la parte de atrás del patio.


Cambiaron de tema para no molestar a Franca pero ésta miraba intermitentemente a María, sin decirle nada. Loreto y Angélica comentaron lo que harían mañana, las playas y que por la tarde querían ir a ver puesta de sol a Oia ya que según la lonely planet era lo más recomendable y mientras todo esto ocurria Franca le espetó a María un “no se lo vas a contar??, vas a dejar que se lo diga yo ?” Silencio entre las cuatro y un “no se qué te ha dicho pero fue una tontería, de verdad!” Franca se levantó y en un intento fracasado de bajar la voz le levantó la mano, frenó el brazo al caer y con un dedo apuntándole directamente a los ojos le dijo un “ sei peggio che lui ¡”.


Saliendo del restaurante Franca se cruzó con el camarero que contra otra nueva racha de meltemi, y de forma heroica, subía por la escalera exterior con una bandeja con los cuatro vasitos de ozyo.


Y de nuevo, otra vez el viento del norte les inundó.

lunes, 22 de agosto de 2011

Amorgos; Moni Hozorviatissis y HORA.































ES DEL TODO ALUCINANTE !!! Ayer durante la cena me entere de que no podia perderme el Monasterio de Amorgos ya que ademas el bus sale solo a las diez de la manyana de Aegiali (que es donde estoy). Pues bien se trata de un Monasterio ortodoxo del siglo IX excavado directamente en la roca y recubierto de la esa fachada blanca que veis. El lugar es bestial... carretera angosta, frente al mar, camino de piedra desde casi el nivel del mar y para arriba como campeones. LLegas y te espera la entrada que veis en la foto y el mar azul turquesa a tus pies. Impresionante !!!
La curiosidad del tema es que dice un rotulo en la entrada que se debe vestir decentemente: "no shorts, no minishorts y la mujeres NO PANTALONES" o sea que a llegar deber hacerte una faldita con el pareo y cubrirte los hombros.

Pero el tema es que es un monasterio de unos cinco pisos de altura y esta en activo. De hecho te reciben un monje y varios chicos jovenes te pasan por las salas que puedes visitar (una de ellas la de los codices y reliquias) y que se usan y luego te ofrecen en una sala un licor y unos dulces.

El paseo hacia la playa mas cercana es de lo mas espectacular con el mar a la izquierda y el viento que no cesa. Os he puesto una foto por lo de la envidia...\

Y luego me he dado un paseito HORA, que es la capital de esta preciosa ISLA MONTANYOSA LLAMADA AMORGOS.

He decidido que me quedo otra noche mas... algo que me dice que este lugar da para mas: ademas Amorgos se llama asi debido a una de sus plantas que aun no he localizado.

ahh !!! la escena a la que hoy me refiero lo protagonizo yo... esta manyana en el cafetito al lado de hotel me he pedido un cafe griego y al terminarlo me he dado un trago de los posos del final qu no os digo como me ha quedado la boca !!! el chico de al lado aun rie !!! je je


Os quiero, un beso.






Zanzara

sábado, 20 de agosto de 2011

Un lugar de dioses...




LLevo dos dias en Santorini y podria decir que, por ahora, es uno de los lugares mas hermosos que he visto. No en vano los dioses instalaron en estas islas su Olimpo particular.

Ayer me pasee por la bellisima Santorini y por la tarde me fui, como todos los turistas de la isla, a ver la puesta de sol a OIA (se pronuncia Ia). Pues bien, la escena fue mas que divertida, imaginad; turistas invadiendo la vida placentera de los lugarenyos a las siete de tarde agolpandonos en las ultimas calles del casco urbano (bellisimo de un blanco cegador) y, dando a la puesta de sol, dos abuelos arreglando una fachada de una casa (golpe de martillo, pasame el metro, "no esto no cabe aqui") y la gente invadiendo la mini terraza de su domicilio (y ellos echando a la gente reiteradamente) ... y uno le dice al otro en un perfecto griego pero ayudado por el lenguaje del gesto universal: "estos turistas... parecen vampiros de las puestas de sol... estan locos!" y el otro resignado le contesta : " dejalos, manyana mas !.

Y, como la noche termino con una magnifica cena y tuve la sensacion de que irme al siguiente dia era ser muy injusta con la isla, he decidido quedarme para ir hoy a la playa (Perivolos, preciosa de arena negra) y me mudado al centro, desde donde puedo ver el mar... Si !!! a una de esas casitas blancas que dan a la caldera (como se le llama al crater del volcan sumergida a los pies de la isla) ... es maravillosa la vista que tengo desde la terraza superior y como no acabo de ver la puesta de solo. Os adjunto fotos para que os "murais" de enviada.

Os quiero, un beso.

Zanzara.